Spielberg nos hizo así

Últimamente no dejo de escuchar allá por donde voy una frase y cada vez que la oigo me dan escalofríos. La leo en la prensa, la repiten los tertulianos de las cavernas mediáticas de este país, la escucho en el metro, en ámbitos profesionales y ya hasta mis amigos han comenzado a soltármela entre caña y caña.
Generación perdida ¿¿?? y una leche.

Vale que yo quería ser Indiana Jones y a pesar de haber estado muchas veces en templos malditos nunca me han intentado cocinar en una gran marmita una tribu de salvajes, ni he descubierto el Santo Grial y la pócima de la eterna juventud pero ganas de aventuras nunca me han faltado, fijaros si me gustan que hasta alguna vez he ido a Ikea un sábado.

Y es que somos como somos y que le vamos a hacer, Spielberg nos hizo así y si algo nos enseñó es que daba igual lo feas que se pusieran las cosas por que el bueno siempre se llevaba a la chica guapa aunque después la vida nos haya hecho siempre bailar con la más fea pero a nosotros nos da igual por que también aprendimos que siempre tendrás a tus amigos para ayudarte aunque el tiempo nos ha demostrado también que estés siempre están más cerca de la barra en los momentos decisivos.



En mi propósito de ser Indiana Jones  fui descubriendo que los arqueólogos no vivían grandes aventuras como yo me creía, más bien todo lo contrario solo hay que ver las facultades de historia para descubrir que unos tipos con gafas, tirantes y  ventolin en mano no pueden tener la misma destreza con el látigo que mi amigo Indiana. Imaginaros a uno de ellos encadenado en el volcán mientras el Sumo Sacerdote les grita al oído "Calimaaaaa"  y ellos los pobres buscando el ventolin.

 Poco a poco me fui dando cuenta que a los arqueólogos no le pasaban cosas molonas, ni rescataban a chicas de tribus caníbales, ni conducían un sidecar. Yo no acababa de verme en medio de un "socarral" llenos de polvo y pasando la escoba al suelo así que decidí abandonar mi sueño desde niño de ser un famoso arqueólogo  para emprender otras cruzadas no menos importantes.

Después de mi gran decepción estaba perdido me faltaba algo, me sentía como Sloth buscando a su gordi necesitaba volver a creer en un sueño y entonces apareció el. Este tio si que mola!!!!!!!  pero mola de verdad lo tenía clarisimo quería ser James Bond.
Guaaaa!!!! vestir de smoking, conducir coches de lujo, besar a todas las chicas, entre fiesta y fiesta aprovechar para salvar al mundo de un malvado profesor Ruso que amenaza la tierra con bombas nucleares y salir siempre victorioso sin una arrugar en mi perfecto smoking. Este tio  mola de verdad!
Pero en mi empeño de ser James Bond corría el riesgo de terminar siendo un policía al servicio del político de turno persiguiendo a indignados, o sin papeles o desahuciando a seres humanos y cómo siempre me ha parecido que la ley esta hecha a medida del poder trate de ser fiel a mi ética y mis ideas y abandoné mi sueño de hacerme espía al servicio de su majestad, por que yo al único rey que sirvo es a Elvis, así que otro fracaso más.

Después de darme de frente con la realidad y descubrir que ser arqueólogo no molaba tanto como me habían contado y que en el mundo solo hay sitio para un espía capaz de ser envenenado, auto-desfibrilarse y regresar a la partida de poker para ganarla, decidí que debía seguir buscando mi destino.
Probé a ser pirata pero solo con una buena dosis de alcohol soy capaz de contonearme como Jhonny Deep así que por salud lo deje.

Pero no pasa nada por que si algo nos han enseñado a los de mi generación, esos niños que crecimos con las rodillas sangrando, que eramos capaces de ayudar a un  extraterrestre para que regresara a su casa y que el mejor plan para un sábado era salir con tus amigos a buscar tesoros. Si algo nos enseñaron es que  por muy feas que se pongan las cosas el bien siempre triunfará sobre el mal.

Me siento orgulloso de ser parte de una generación que es capaz de soñar, de hacer volar la imaginación y que piensa que se puede transformar el mundo solo con intentarlo y no tener miedo por que el miedo es lo que ahogó a Artax en el pantano de la tristeza. 

Por todo esto me niego a ser parte de la generación perdida, no contéis conmigo por que los tiempos difíciles que vivimos me ha reconciliado con el niño que era, soy  y seré, que por mucho que fracasemos debemos darnos cuenta que Indiana Jones sigue estando dentro de nosotros, solo tenemos que volver a encontrarlo.


*vaya desde aquí mi máximo respeto y admiración a arqueólogos, historiadores y estudiantes de humanidades que de ningún modo pienso que sean tipos aburridos o frikis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario